Cinco segundos de aire y resucitar,
hojas que muertas dan vida, ¿quién tendrá piedad
cuando se acerquen los olores del asfalto
y frunza el seño, quien esté allá en lo alto?
Cinco segundos de aire y luego volver,
líquenes en las cortezas, ¿quién sabrá que hacer?
Tanto veneno recorriendo los pulmones
tal vez no ocupen tanto oxígeno los clones.
Con la congoja de una queja entre los dientes
¿habrá abstinencia de vivir lo suficiente?
Cinco segundos de aire y entonces cambiar,
ser bosque lleno de vida, mariposa a punto de volar.
Hacer como una introspección a nuestra tierra,
mellar el filo aserrador de nuestra era.
No sé si estemos a tiempo de desprogresar,
al menos en el entendido que le quien dar
al intercambio de una madre por dinero.
Lo entenderemos algún treinta de febrero.
Tunda tunda rurí tunda, tunda tunda rurí tunda
No escucho cuando baja el río,
pringando vida mientras canta que canta.
No escucho la inseguible clave,
del carpintero tempo-propio.
Suave y paciente a veces
fuerte según el grado de pendiente.
Quien distraído por quetzales
podría mantener el ritmo que ritmo.
Canta que canta yiguirro, de mi corazón....
Cinco segundos de aire y resucitar.